Delicatessen:Fábrica de saboresDesde las sales que saborizan los platos hasta el pan que los acompaña. Todo lo que se usa en este pequeño restorán del Cerro Concepción se produce ahí. También se vende. Por eso su nombre que en alemán alude a un emporio donde se ofrecen finas preparaciones gourmet. Conservas, licores, mermeladas y salsas son parte de las mezclas que nacen en este rincón ideado en San Pedro de Atacama. En ese pueblo se conocieron el chef porteño Rafael Estica y Catherine Araneda, una santiaguina viajera que ha recorrido casi toda Latinoamérica y que en Ecuador tuvo "El Ermitaño", un restorán de comida chilena. Se hicieron amigos, unieron ideas, experiencias y volvieron a Valparaíso para abrir el Delicatessen.Lo hicieron en un local de 50 m2 ubicado en calle Urriola, "cuando lo vi, dije éste es", cuenta Catherine. El sitio les gustó y se instalaron sin preocuparse mayormente del interiorismo. Así funcionaron hasta que decidieron rediseñar el espacio para darle una identidad más acorde a la comida de influencias mediterráneas que ahí preparan, pero sobre todo para sacar provecho al reducido espacio. Trabajaron con los hermanos Carlos y María Rebeca Seisdedos –arquitecto y diseñadora– quienes crearon distintos ambientes a través de un "mobiliario flexible que puede ser usado por dos, cuatro o seis personas sin la necesidad de desarmar el local", dice su propietaria.
(Vivienda y Decoración.5/5/7)
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